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09 mayo 2020

LAS LEMURALIA.

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Hoy daban comienzo unas fiestas en la antigua Roma, otra más, en la que se rendía culto a los espíritus malignos de la muerte. Los días 9, 11 y 13 (si os fijáis son días impares, pues estaban vinculados a las divinidades en general) en los que se rogaba que estos espíritus no molestasen a los vivos. 

Estas fiestas, según Ovidio Ovidio, Fasti, lib. V. 419, "Romulus obsequitur, lucemque Remuria dixit" se denominó en un primer momento "Remularia" o "Remuria" en honor a Remo, instituido por Rómulo. Se debe por lo siguiente que vamos a explicar. 



Ya hablamos de ellos, de los lemures o también llamados "larvae" (ver primera foto de nuestros "larvae"), que eran esos seres espirituales que vagaban por el mundo, resultado de que cuando estaban vivos habían tenido unas muertes violentas, trágicas o suicidas.

Es curioso cómo en estos días los templos se cerraban, con la idea de que ningún espíritu maligno se adentrase a estos edificios contaminándolos,"contaminatio", es decir, manchando con la muerte y la maldad aquellos lugares santos (¿esto no os recuerda a esa idea que tiene la Iglesia cristiana de cerrar las puertas a todo espíritu maligno, diabólico o pecaminoso?pues ya sabéis de dónde procede dicha costumbre, de aquí). 




Por las noches un grupo de personas iban recorriendo las calles tocando unos platillos o cacerolas de bronce haciendo ahuyentar a estos lemures de las calles y casas. Algo que en muchas de ellas, tanto en las insulae como en las domus, el "paterfamilias" realizaba un acto religioso muy curioso, algo que sabemos gracias a Ovidio, "Fast.", V. 483-512.


Éste consistía en que el padre frente al larario, según Ovidio: "Cuando se haya lavado las manos en agua de una fuente limpia, se dará la vuelta, tras tomar frijoles negros y arrojarlos tras él; al tirarlos, dirá: "Te ofrezco estos frijoles; con ellos, me redimo a mí y a los míos". Lo dirá nueve veces, sin mirar atrás: se supone que la sombra recogerá los frijoles y seguirá sus pasos, sin ser vista. Nuevamente toca el agua y hace sonar el bronce de Temesa (es una forma de decir bronce puro en roma, pues hace alusión a una ciudad famosa por este metal citado en la "Odisea" de Homero), y le pide a la sombra que abandone su techo. Cuando haya dicho nueve veces: "¡Manes de mis ancestros, salgan!", mirará hacia atrás y juzgará que los ritos se han realizado conforme a las reglas." Mientras con el puño realizaba el gesto de formar la "figa" (véase foto de la mano) que también podían portar como amuleto (hoy en día se vende como un amuleto cristiano por el norte de España, principalmente por los Caminos hacia Santiago, en obsidiana y otros materiales).



Parece ser que no tiene nada que ver el Día de los Muertos (2 de noviembre, y que fue una creación por parte de la Orden de Cluny, en Francia) con estas fiestas, sino que estas vienen de las Parentalias, en febrero. Y curiosamente, en el santoral cristiano hoy se celebra a San Geroncio de Cervia, muerto decapitado cuyo espíritu vagó por Roma atormentando a aquellos que le asesinaron, allá en el 502 d.C.