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28 de abril. A.d. IV Kal. Mai. Lunae dies
Es el día de la consagración de la diosa Flora (cuya procedencia en Grecia sería Cloris), una antigua divinidad itálica, que lo es de los frutales y el vino, además de las flores. Fiestas de carácter popular, famosas por su licenciosidad y celebradas de manera especial por las prostitutas. Los juegos en honor a Flora o “Ludi Florae” duraban hasta el 3 de mayo, siendo una celebración preeminentemente plebeya y, en un principio, rural. La gente vestía ropas multicolores (Ovidio, Fasti, V.355), con las que imitaban la policromía de las flores del campo. Según el escritor satírico Juvenal (“Sat.”, VI. 249) las prostitutas bailaban desnudas y luchaban en simulacro de combates como gladiadoras (Scullard, “Festivals and Ceremonies of the Roman Republic”, p. 110). Muchas de las prostitutas en la Antigua Roma eran esclavas, e incluso las mujeres libres que trabajaban como prostitutas perdían su personalidad jurídica y social como ciudadanas, pero su inclusión en determinadas fiestas religiosas indica que las trabajadoras sexuales no estaban completamente al margen de la sociedad.

Este día 28 del 173 a.C. se erige el primer templo dedicado a Flora, teniendo un sacerdote propio, el Flamen Floralis. Aunque parece ser que se atribuía al rey sabino Tito Tacio el haber establecido un altar en Roma durante el período regio. Flusalis (lingüísticamente equivalentes a Floralia) era un mes del calendario sabino y Varrón consideraba a Flora como una diosa sabina. También se erigió otro templo a Flora Rustica en la colina del Quirinal.
